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Una displasia evolutiva de cadera es un problema en la manera en que se forma la cadera de un bebé. A veces, esta afección empieza antes de que nazca el bebé y otras veces ocurre después de que nazca, a medida que va creciendo. Puede afectar a una o ambas caderas.
La displasia evolutiva de cadera no causa dolor en los bebés, por lo que puede resultar difícil de detectar. Los médicos exploran las caderas de todos los recién nacidos y de todos los bebés en todas las visitas de control o revisiones periódicas para detectar posibles signos de una displasia evolutiva de cadera.

Los padres pueden percibir que:
- Las caderas del bebé hacen un chasquido o un clic, que se nota al tacto o que se oye.
- Las piernas del bebé no tienen la misma longitud.
- Una cadera o una pierna no se mueve igual que la otra.
- Los pliegues de piel que hay debajo de las nalgas o en los muslos no se alinean bien.
- El niño cojea cuando empieza a andar.
Los bebés que presenten cualquiera de los signos mencionaos deben ir al médico para que les evalúen las caderas. Detectar y tratar una displasia evolutiva de cadera lo antes posible suele ser lo mejor para que un bebé se pueda desarrollar con normalidad.

Traumatología
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Fuente: www.imbanaco.com